Fuente: Diario Pulso
Miles de millones de pesos e inversionistas forman parte de las distintas plataformas de crowdfunding que funcionan en el país. Inversionistas, pymes y emprendedores que en los próximos meses podrían ver la aparición de iniciativas para regular un mercado que, hasta hoy, carece de normas.
En su sesión del 26 de diciembre, el Consejo de Estabilidad Financiera acordó crear tres nuevos grupos de trabajo para buscar soluciones en estos nuevos frentes.
Por una parte, analizar las herramientas disponibles para enfrentar situaciones de insolvencia o inestabilidad financiera en entidades que se encuentran dentro del perímetro regulatorio, un segundo grupo para analizar los riesgos operativos del sistema de pago y sus participantes, y proponer los cambios legales y regulatorios necesarios para mitigar estos riesgos y una tercera instancia para evaluar el desarrollo de un marco regulatorio para la industria de crowdfunding.
Al respecto, en el acta se señala que en la sesión se informó a los miembros del CEF sobre las principales conclusiones y propuestas emanadas en el informe final de la asesoría prestada por el Banco Interamericano de Desarrollo en relación a la regulación de este mercado. Esta asistencia técnica fue solicitada por el Ministerio de Hacienda, luego de que el CEF analizase la evolución de la industria en julio de 2016.
Según cifras del Banco Interamericano del Desarrollo, entre 2013 y 2015 en Latinoamérica éstas entidades realizaron operaciones por US$110 millones, de las cuales US$105 millones correspondieron a transacciones de deuda. Del total, US$47,6 millones se realizaron en Chile, US$24,2 millones en Brasil y US$13,2 millones en México. Un reciente reporte de la Universidad de Cambridge en conjunto con KPMG, apunta que la industria Fintech en América tuvo un crecimiento de 212% durante 2015, y destaca que Chile fue la tercera nación que más transacciones realizó en el continente (US$ 47,57 millones).
Por ello es que en el país el tema no es menor. De hecho, en 2012 generó una denuncia de la Superintendencia de Bancos en contra de Cumplo, plataforma dedicada al crédito, que en sus cinco años ha financiado $104.000 millones.
Para Josefa Monge, co-fundadora y directora de Cumplo, la idea de generar una regulación estaba entre las medidas de la agenda de productividad, pero que finalmente no fue incluida en la normativa aprobada el año pasado. ‘Para nosotros es una muy buena noticia, es bienvenida una regulación que fortalezca la industria y genere reglas claras para todos’, dice Monge.
En esa línea, Roberto Segal, co-fundador de Weeshing –que mediante crowdfunding ha financiado US$2 millones en conciertos durante 2016-, apunta que ‘para nosotros toda regulación es buena, permite que las cosas se puedan hacer mejor y más tranquilos’, y alude que esto podría traer más beneficios que complicaciones.
‘Los inversionistas van a tener menos susto, el primer semestre fue súper fuerte el impacto que tuvo el tema de las empresas de inversiones falsas. Eso nos pegó fuerte, perdía credibilidad y el hecho que diga que estamos regulados como crowdfunding nos da la posibilidad de conseguir más inversionistas. Por mí, la regulación es buena’, comenta Segal. Para Monge, en Chile la regulación al sector debiera ir por temas de ‘protección del inversionista, riesgos de la plataforma.
Respecto del cómo se hace, en Chile hemos seguido modelos extranjeros para autorregulación, creo que tienen que ir por ahí’.
LA REGULACIÓN. En su Informe de Estabilidad Financiera del primer semestres de 2015, el Banco Central señalaba que si bien algunas de éstas compañías habían recibido financiamiento estatal a través del otorgamiento de capital semilla y se ha promovido a nivel gubernamental, ‘existen dudas sobre posibles conflictos de algunos de estos modelos de negocios con la Ley General de Bancos’.
Para Monge, justamente uno de los puntos a resolver en la regulación podría ser esta materia. La ejecutiva explica que en España se ‘determinó que estas empresas no son financieras y las declaró como empresas sociales, excluyéndolas de la regulación bancaria, pues lo que hacen estas plataformas es servir como herramienta de conexión entre oferentes y demandantes, por lo que no es un depósito, no es una captación.
Y además la ley completa es una ley pro-pyme, se vio en esto una posible solución del problema de acceso de capital para pymes’.
EXPERIENCIA INTERNACIONAL. Monge, quien además representa a la firma en AFICO, asociación gremial del sector, señala que en EEUU se optó por la securitización de las inversiones, lo que derivó a que en estas plataformas la mayoría de los clientes personas hayan dado paso a fondos de inversión. Sin embargo, Inglaterra siguió un camino distinto: la Financial Conduct Authority dictó en 2013 una norma, que tiene un cuerpo regulatorio dinámico que se va enmendando continuamente. ‘Se definen actividades autorizadas, requerimientos de capital mínimo, conductas adecuadas, prudencia financiera, manejo de conflictos de interés. Lo más importante, la plataforma debe asignar un riesgo crediticio al solicitante, en Chile no se ha hecho porque no queremos que se entienda como una recomendación’, apunta Monge.
En el IEF de 2015, el Central señaló que en países donde el crowdfunding ha tenido mayor desarrollo —EEUU, Reino Unido, España, Francia e Italia—, algunos aspectos son regulados, en especial los relacionados con las modalidades de préstamo y capital.
Con esto, la normativa en dichos países busca proteger al inversionista, promover un nivel adecuado de transparencia sobre el proyecto que se busca financiar y mitigar potenciales conflictos de interés de los administradores de las plataformas. ‘Esta regulación tiende a caer dentro del ámbito de competencia de los reguladores de valores’, dijo el IEF.
¿Cuántos proyectos financia?
Según un informe de 2015 del Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo, en el país la primera plataforma de crowdfunding se fundó en 2011. Para el año de la publicación del informe, existían cinco plataformas activas, dos de deuda (Cumplo y Becual), una basada en acciones (Broota) y dos de recompensas (Dale Impulso y Fondeadora). ‘Estas plataformas han ayudado al financiamiento de casi 1.500 proyectos con una suma total de más de US$55 millones. La cantidad de la recaudación de fondos varía dependiendo de la plataforma (desde decenas de miles hasta decenas de millones de dólares)’, dice el estudio.
Las claves
¿Qué es el crowdfunding?
Se trata de una práctica para financiar un proyecto a través de las contribuciones de un número determinado de personas. Es usado en industrias tan diversas como el turismo, la salud, los conciertos de música y el emprendimiento.
¿Cuántos recursos mueven?
Según cifras del BID, entre 2013 y 2015 en Latinoamérica éstas entidades realizaron operaciones por US$110 millones, de las cuales US$105 millones correspondieron a transacciones de deuda. Del total, US$47,6 millones se realizaron en Chile.
¿Qué dijo el CEF sobre el tema?
En la sesión del 26 de diciembre acordó crear un grupo de trabajo para ‘evaluar el desarrollo de un marco regulatorio para la industria de crowdfunding, según lo señalado anteriormente’.