Fuente: http://www.elmundo.es/
Ganar la confianza de los usuarios. Ese es uno de los principales retos de futuro que afrontan las fintech, las empresas tecnológicas especializadas en el sector financiero, según el World Fintech Report 2017 elaborado por Capgemini y LinkedIn en colaboración con Efma y que asegura que sólo un 23% de los usuarios de banca confía en las fintech, frente al 36% que sí dice hacerlo en la banca tradicional a pesar de la crisis reputacional que ha sufrido en los últimos años.
El informe realiza además un amplio análisis del sector a nivel internacional y revela que la mitad de los usuarios de banca ya utilizan alguna fintech en su día a día, aunque sólo un 17% afirma emplearlas en exclusiva, mientras que el resto las hace servir como complemento a sus servicios de banca tradicional. Y entre quienes emplean las fintech, con tantas aplicaciones basadas en un nicho de mercado o servicio concreto, casi la mitad utilizan más de tres proveedores fintech distintos.
En cuanto al alcance de las fintech entre los distintos públicos, del World Fintech Report se desprende que entre los que las nuevas tecnologías financieras han tenido mayor éxito destacan los jóvenes, la gente más abierta a la tecnología y lo usuarios con mayor poder económico. Por países, China (con un 84%) e India (con un 78%) son los que lideran la implantación del sector a nivel mundial seguidas de Hong Kong y Emiratos Árabes.
Sobre la convivencia la banca tradicional y las nuevas compañías tecnológicas, el estudio señala que las empresas tradicionales del sector están invirtiendo cada vez más recursos para responder a las fintech y de hecho un 60% de las instituciones financieras ve a las fintech como «aliados potenciales», aunque casi el mismo porcentaje está desarrollando sus propias herramientas para competir con las startups tecnológicas. No obstante, menos de la mitad de los ejecutivos de banca encuestados confía en su estrategia fintech. Este dato no sorprende si tenemos en cuenta que, según el mismo estudio, sólo un tercio asegura que en su empresa dispone de una estrategia de innovación bien estructurada y proactiva. Y es que el rechazo al riesgo de la banca les complica la creación de una cultura que apueste por y priorice la innovación.