Fuente: El Mercurio
Chile ha avanzado en inclusión financiera, según análisis realizados por la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF). En marzo de 2013, el informe de «Acceso y Uso de Servicios Financieros» concluyó que el 79% de la población adulta tenía acceso a algún tipo de producto financiero. Hoy, en el primer Informe de Inclusión Financiera se concluye que el 98% de la población adulta tiene acceso a algún tipo de producto financiero.
Lideran esta penetración los productos de administración del efectivo, como cuentas corrientes y vista, con 76% de cobertura. Le siguen los de ahorro, con 69%, y los de crédito, con 52%, todos sobre el promedio de la OCDE (45%).
El informe -que será presentado hoy en un seminario organizado por Icare y la SBIF- detalla que «un tercio de la población adulta chilena posee alguna tarjeta de crédito bancaria y solo el 15% tiene una cuenta corriente. Asimismo, una de cada tres personas cuenta con una tarjeta de crédito no bancaria. El 18% tiene un crédito en cuotas y un 7%, un crédito para la vivienda. Solo el 4% de la población mantiene un depósito a plazo».
Otro ítem que destaca la SBIF son los puntos de acceso al sistema financiero. En el análisis considera las sucursales, los cajeros automáticos, los terminales de pago con tarjeta (POS) y las corresponsalías (Caja Vecina, entre otros), los que cubren el 96% de las comunas de Chile.
«El impacto de las corresponsalías ha sido fundamental, ya que han ayudado a la masificación de servicios financieros como Cuenta-RUT», indica el informe.
Según la Red Internacional de Educación Financiera (INFE), la inclusión financiera es «el proceso de promoción de un acceso, oportuno y adecuado, a una amplia gama de servicios y productos financieros regulados y la ampliación de su uso hacia todos los segmentos de la sociedad».
Recogiendo esta definición y considerando que el 98% de la población adulta accede a algún producto financiero, la SBIF plantea una diferenciación de la población, basada en el nivel de acceso a productos y servicios financieros.
Así, el 58% de la población adulta tiene una inclusión financiera superior, lo que implica que accede a una amplia gama de productos financieros con requerimientos de ingreso.
En tanto, el 40% de la población adulta registra una inclusión financiera básica, lo que implica que mantiene productos financieros sin requerimientos de ingresos. Dentro de este grupo se encuentran quienes tienen Cuenta-RUT, el 9% de la población adulta.
En el informe se «destaca el rol desempeñado por la banca estatal en la Inclusión Financiera del país, a través de sus cuentas transaccionales y su red de corresponsalías. El aporte a la inclusión financiera de la entidad se estima en un 87% de la población adulta».
Distintas mediciones
El regulador advierte que no existe consenso a la hora de medir inclusión financiera.
En la última evaluación de la Unidad de Inteligencia Económica del The Economist, en 2015, Chile estuvo dentro de los primeros lugares del ranking , ubicándose 6° entre 55 naciones. Solo fue superado por dos países de la región: Colombia y Perú; y tres asiáticos: Filipinas, India y Pakistán.