Fuente: www.ticbeat.com/
Los pronósticos le otorgan un papel esencial a las fintech en el escenario financiero que viene: se harán con entre el 20% y el 60% de los beneficios de la banca tradicional en 2025.
Es el eterno dilema: las fintech y los bancos ¿son amigos o enemigos?. A juzgar por los últimos datos de la consultora McKinsey, la respuesta no termina de quedar clara aunque aparentemente se decanta más por lo segundo: entre el 10% y el 40% de los ingresos y entre el 20% y el 60% de los beneficios de la banca tradicional serán para estas startups en 2025.
Estos resultados no son los únicos que le otorgan un papel esencial a las fintech en el escenario financiero y bancario de los próximos años. El ejemplo más reciente de que estas compañías tecnológicas de servicios financieros pueden llegar lejos lo encontramos con N26 (antes Number26), la startup alemana que acaba de recibir la licencia del BCE para operar como entidad financiera en todo el territorio de la Unión Europea.
Por eso los bancos se están poniendo las pilas y desarrollando distintas iniciativas, que van desde el desarrollo de soluciones propias e incorporando las nuevas tecnologías a su actividad (algo en los que el BBVA está despuntando); a las inversiones en startups, pasando por la adquisición de éstas.
Aunque lo cierto es que la relación entre bancos y fintech es bastante compleja. Los testimonios de muchas startups lo confirman: hay casos como el de Housers quecolaboran con ellos estrechamente, otras que sólo han recibido indiferencia, y otras incluso hostilidad, como le ocurre a Mooverang.
¿Cómo pueden los bancos aprovechar la oportunidad fintech?
Ambos tienes aspectos positivos y otros que mejorar. Los bancos tradicionales han quedado tocados tras la crisis pero tienen masa crítica de usuarios, licencia bancaria y, sobre todo, una dilatada experiencia en la gestión del riesgo. Por su parte las fintech no arrastran herencias del pasado y pueden ofrecer soluciones innovadoras y más seguras, aunque algunas de ellas se encuentran con trabas legales, sobre todo cuando quieren internacionalizarse.
Aunque no todo es oro lo que reluce en la breve pero intensa historia de las fintech. Han protagonizado algún que otro desliz relacionado con la morosidad, ya que el Big Data y los algoritmos también pueden fallar. Esto podría explicarse si tenemos en cuenta que cada vez se incorporan nuevos jugadores de este tipo.
“A medida que el sector [del fintech] se expande, se registrarán más episodios. Es más, si empieza a proveer financiación minorista de manera habitual se convertirá progresivamente en una actividad bancaria regulada“, ha dicho recientemente el vicepresidente del BCE, Victor Constanzio.
Próximo reto de las fintech: los robo advisors
Por eso las grandes entidades ya han empezado a exigir las mimas reglas de juego para todos y que las fintech estén sometidas a un regulación común, puesto que desarrollan actividades similares. Aunque parece que de momento no están conformes con las iniciativas regulatorias que se están aplicando. La Asociación Española de Banca critica, por ejemplo, que la directiva del sistema de pagos exija a los operadores menos garantías en términos de protección al consumidor que a los bancos.
Aunque, como suele ocurrir, en este aspecto tampoco llueve a gusto de todos y lasfintech también reclaman una mejor regulación. Concretamente, esperan con ganas el nuevo marco legal europeo (la Directiva PSD2 – Directive on Payment Services) que formalizará las relaciones entre ambos jugadores y además supondrá una mayor garantía de seguridad para los pagos online.