Fuente: www.df.cl

El futuro negocio de las tarjetas de prepago genera grandes expectativas en nuestro país. Después de todo, estamos hablando de una industria que genera varios miles de millones de dólares en ventas (ver nota relacionada), y que promete mejorar el acceso a medios de pago -o bancarización-, a personas que actualmente están excluidos de ese servicio.

Es por ello que los interesados en participar en esta actividad, incluyen a los principales actores a nivel mundial, como también las mayores entidades a nivel local.

Según ha trascendido, en lo que se refiere la “carretera” a través de la cual se procesarán las ventas y recargas de plásticos, hasta el momento existen dos grupos financieros (de México y Colombia) con experiencia en el negocio, que ya han manifestado su intención por competir en nuestro país. De hecho, en los últimos días han mantenido conversaciones con algunos reguladores y actores de la industria.

A ellos se suma Mastercard, compañía que tendría, según conocedores del proceso, la ventaja en esta competencia, ya que tienen desarrollado su caso de negocio, además de haber definido la implementación y costos que implicaría operar estas tarjetas.

En el ámbito local, Transbank también ha manifestado su interés, aunque también ha mantenido distancia debido a que en el proyecto, que aún debe ser votado en el Senado, no se ha definido si el procesamiento de información se realizará a través de la red de débito o crédito.

Sin embargo, en una de las últimas indicaciones ingresadas por el senador Eugenio Tuma, se habría dejado la puerta abierta a su participación, al incluir que las transacciones podrían ser operadas a través de las “redes existentes”.

Privados crean comité

Hace poco más de dos meses, y bajo la coordinación de Claudio Ortiz, vicepresidente ejecutivo del Retail Financiero, se conformó un comité que agrupa, principalmente, a los interesados locales por participar en este negocio.

La instancia, en la cual participan actores del mundo de las cooperativas, dos entidades bancarias, Transbank y el mismo retail financiero, se enfocó en generar una serie de recomendaciones y protocolos de seguridad, que luego serían entregados al Ministerio de Hacienda, para analizar la factibilidad de implementarlas e incluirlas en la iniciativa.

Metro y las economías de escala

Para los expertos, la economía de escala es uno de los elementos esenciales al momento de evaluar el ingreso al mercado de las tarjetas de prepago.

Siguiendo esa línea, la idea de que sea Metro un emisor de dichos plásticos ha generado el apoyo de varios. Después de todo, la empresa estatal cuenta actualmente con 5 millones de tarjetas bip! activas.

En ese contexto, las compañías dedicadas al retail financiero también se enfrentan en buen pie en esta competencia

Según cifras de la Superintendencia de Bancos, a diciembre de 2015, las tarjetas de crédito no bancarias realizaban 19 millones de operaciones, alcanzando así ventas por un monto de $ 591.534 millones.

ESTE MERCADO LLEGARÍA EN 2017 A LOS US$ 133 MIL MILLONES A NIVEL REGIONAL

El negocio de las tarjetas de prepago ya lleva poco más de una década desarrollándose a nivel mundial. Por ello es que en varios países, si bien sigue en etapa de expansión, ya se han alcanzado volúmenes que hacen que la industria financiera siga adoptando esta tecnología.

Según un estudio de The Boston Consulting Group, las proyecciones para el próximo año apuntan a que el mercado alcanzará los US$ 421 mil millones en Estados Unidos, US$ 149 mil millones en Europa, y US$ 133 mil millones en Latinoamérica.

Ahora, viendo la región, para México y Colombia se esperan flujos de US$ 45,8 mil millones y US$ 7,7 mil millones, respectivamente, para 2017. No obstante, Paulo C. Paulek, presidente de Paytech -holding especialista en tecnologías de medios de pago y program management-, asegura que en ambos países, el prepago ya sobrepasó dichas cifras.

Considerando el potencial desarrollo en nuestro país, los expertos recalcan la importancia de que quienes ingresen sean compañías con el expertise necesario y con «espaldas» financieras para el negocio, ya que se corre el riesgo de que más bien se genere un retroceso. Otro punto pendiente es definir la red por la cual se procesarán las transacciones de esas tarjetas (por la de crédito o débito). De hecho, en Paytech enfatizan que si bien los bancos podrían haber ingresado al prepago desde 2014, esta imprecisión los ha limitado.