Fuente: El Mercurio
Hace una semana Weeshing, la plataforma de financiamiento colectivo que permite a los fanáticos costear directamente el valor de los artistas, concretó uno de sus más anhelados proyectos: consiguió los fondos para iniciar su expansión en el extranjero. Ahora su meta es concretar espectáculos en Perú y luego en Estados Unidos.
Todo partió seis años atrás cuando uno de los fundadores, tras haber liderado la llegada de Faith No More a Chile, comenzó a fraguar la idea. Ahí inició Weeshing, el sistema donde un grupo de usuarios o fanáticos se juntan para recaudar los fondos necesarios para traer a un músico o banda a la escena local. El dinero recaudado se le entrega luego a alguna productora para que gestione el show. «En el año que llevamos, ya superamos el millón de dólares y estamos trabajando con diez productoras distintas. Nuestro logro más grande es que vamos a comenzar a explorar hacia fuera», dice Rodrigo Segal, uno de los cofundadores de Weeshing.
Así estuvieron detrás del show de Morrissey, en el que un fanático aportó con $42 millones, y en enero de este año, otro inversionista colaboró con $11 millones para el concierto de La Ley.
Además de las regalías que obtienen -que van desde entradas a reuniones privadas con los artistas-, la motivación para que los usuarios participen de la plataforma se traduce también en la rentabilidad que ofrecen a sus inversionistas. «Si en los fondos mutuos ganas 0,3%, con nosotros hay gente que ha generado hasta un 8% mensual. De repente hay bandas que venden 900 tickets, y hay gente que saca el 20%», asegura Segal.
En abril comenzaron una iniciativa en línea con la que buscaban recaudar lo necesario para expandirse. «Son $300 millones para invertir en Perú y abrir EE.UU. Lo otro es para crear un módulo especial para que la gente cree causas de bandas que no están viniendo a Chile -llamada ‘Weeshing bands’-«, dice el también ingeniero. A esta iniciativa sumará «Weeshing brands», enfocada plenamente para que las marcas y auspiciadores puedan recuperar un porcentaje de su inversión. «Es un módulo para que tengan una experiencia distinta porque hoy día, si un evento tiene éxito, yo no gano nada», comenta Segal.
La iniciativa de expandirse a Perú nació de la idea de que es un mercado donde los artistas no se detienen. Estuvieron allá en un viaje de exploración y fueron bien recibidos, de tal manera que, de los $300 millones que buscaban en un principio, $120 los entregó un inversionista para asegurarse que abrieran en Perú. «Lo de EE.UU. nació por algo más estratégico, porque si quieres comprar una banda internacional, siempre llegarán allá para comprarla. Como sede estratégica para booking, es muy interesante tener una oficina central allá. De aquí a tres años nuestro horizonte es tener abierto todo Sudamérica. Hay muy pocas entidades en el área en la región, así que para nosotros es un objetivo crear un modelo de negocios», subraya.
La otra cara
Como la mayoría de nuevas iniciativas, el modelo de negocios ha despertado ciertas dudas en la industria de espectáculos masivos. «Hemos tenido una postura de afinar y blindar esta actividad, de hacerla fiable para todos los protagonistas, sobre todo para el público», dice Jorge Ramírez, gerente general de la Agepec (Asociación Gremial de empresas productoras de entretenimiento y cultura). «Esto, desde antes, nos genera un ruido inapropiado y sensación de poca confiabilidad que un concierto necesite dinero del público o una suerte de recolección. Entendemos que es una suerte de colecta y sentimos que esta actividad no requiere de colectas para realizarse», añade. «Conocen nuestra postura desde sus inicios. Han planteado y buscado mecanismos para resolver dudas. No conocemos estos mecanismos todavía, pero me atrevo a señalar que las productoras que están en la asociación gremial son las productoras que realizan los espectáculos con sus propios recursos, con sus propias líneas bancarias, emprendimientos de sus propios accionistas».
Sobre esto mismo, Segal dice que sus nuevas medidas son para ellos. «Los otros dos proyectos que tenemos -Bands y Brands- son para que esas productoras que no quieren trabajar con nosotros se acerquen, porque no podemos obligar a alguien a financiarse», dice el ejecutivo.