Fuente: www.eldiario.es/

La City londinense, además de centro neurálgico de la banca, se ha convertido en la sede de las empresas de servicios financieros online, conocidas comofintech. La decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea pone en entredicho el papel de Reino Unido como base de esta industria. Al abandonar el mercado común, las empresas con sede en Londres pueden tener problemas para operar en el mercado único y verse obligadas a trasladar su base de operaciones a otro país europeo. A esto se suma el miedo de las compañías de perder acceso al talento si se quedan en la isla.

Gracias a su marco regulatorio, Gran Bretaña «se había convertido en el gran epicentro fintech mundial, rivalizando con Estados Unidos, y el país estaba llamado a ser el principal impulsor de la innovación financiera y tecnológica a este lado del charco, con permiso de Asia Pacífico. Un dato muy significativo viene del lado de la inversión. Desde 2010 hasta 2015, las fintech ubicadas en este país obtuvieron 5.400 millones de dólares frente a los 4.400 millones del resto de Europa», explica Rodrigo García de la Cruz, director de Innovación y Tecnología Financiera del IEB.

Un informe de la consultora EY y el gobierno británico publicado en 2014 cifraba los ingresos del mercado de las fintech en 20.000 millones de libras. La inversión en este sector en Reino Unido e Irlanda supone el 42% del total europeo, según Accenture, con un crecimiento del 136% en 2015, hasta 623 millones de libras. Un papel preponderante dentro del panorama europeo que ahora pueden perder.

La regulación británica adaptada a estas nuevas estructuras ha sido una de las claves de su éxito. «En 2013 comenzaron a trabajar en un marco legislativo y de supervisión, que durante los años siguientes permitió la creación de organismos adaptados en términos de conocimiento y agilidad a los nuevos modelos de negocio desarrollados por las fintech. Esto provocó la llegada de miles de emprendedores de esta industria y de inversores especializados de todas las partes del mundo. La agilidad a la hora de otorgar licencias de actividad para diversos servicios financieros, supuso la autorización de varios cientos de compañías decrowdlending (préstamos entre particulares y empresas) y que se otorgaran catorce licencias bancarias en los dos últimos años y medio», añade García de la Cruz.

Los problemas de acceso al mercado único

Kantox es una de estas fintech. Con sede en Londres desde 2011 y también presente en Barcelona, se dedica al cambio de divisas sin intermediación bancaria para empresas. En septiembre pasado alcanzó los 2.000 millones de dólares transaccionados. Philippe Gelis, su cofundador y consejero delegado, baraja la posibilidad de que las firmas con sede en Reino Unido que ofrecen servicios a empresas de la Europa continental tengan que relocalizarse. «Esto consume recursos y tiempo y no añade valor al cliente pero si lo tenemos que hacer, se hará», señala.

Con las negociaciones todavía en ciernes todo dependerá de los términos del divorcio con la UE. Con las fintech ocurre algo similar que con los bancos: si no se consigue lograr un «pasaporte» que les permita seguir operando con el resto de la UE, en la práctica tendrían el acceso cortado como si fueran una empresa de EEUU o China. Unas dudas sobre el futuro que comparte Brett Meyers, australiano afincado en Dublín que dirige Currency Fair, especializada en transferencias de divisas para particulares.

Meyers, que apunta que hay todavía muchos aspectos que no conocemos sobre cómo se van a desarrollar las cosas, señala a la regulación y al acceso al talento como los dos principales retos ahora. «Existen incertidumbres sobre cómo será el entorno regulatorio en el futuro y esto probablemente haga que algunas compañías consideren la relocalización o consideren cambiar sus planes de expansión hacia otros puntos de la UE en vez de crecer en Londres», señala. «El acceso al talento es, desde mi punto de vista, el que tiene un mayor impacto. Creo que en el corto plazo, algunos de los trabajadores extranjeros del Reino Unido buscarán irse y encontrar trabajo en otro lugar. También considero que será más difícil para las compañías de Reino Unido atraer talento de fuera», apunta.

El fondo de inversión estadounidense Accel Partners, especializado en empresas tecnológicas y con su sede europea en Londres, considera que el Brexit es una decisión «trascendental» para el ecosistema tecnológico. «La capacidad de contratar talento local y tener acceso al gran y lucrativo mercado europeo han sido algunas de las razones clave por la que hemos podido construir una categoría de líderes mundiales que llegan a serlo fuera de Reino Unido», explica Sonali De Rycker, socio de Accel. «Todo esto está en cuestión ahora. Todavía, a pesar del periodo de incertidumbre económica y política, creemos que el éxito final de nuestras compañías dependerá de su capacidad de innovar, ejecutar y perseverar más que de la votación del Brexit. Al final, las compañías todavía controlan sus destinos», señala.

¿Quién puede tomar el relevo?

Gelis señala como opciones para sustituir a Londres ciudades como Dublín, Berlín y Luxemburgo. Esta última opción es «una apuesta personal» por ser un país pequeño con «agilidad en la regulación». Meyers señala a Dublín, donde ellos ya tiene oficina, como la alternativa tanto por el idioma como por la cercanía con Estados Unidos, y por ser ya sede de empresas tecnológicas y financieras. «Además de ser el lugar donde se encuentran algunas de las compañías tecnológicas más punteras en el mundo, Dublín también es la sede de la mitad de los 50 principales bancos y de la mitad de las 20 aseguradoras más importantes. Merrill Lynch, Sumitomo Bank, ABN Amro, Citibank, AIG, JP Morgan (Chase), Commerzbank, BNP Paribas o EMRO son solo algunos de los grandes nombres que han elegido localizarse en este área», apunta.

García de la Cruz ve que «bajo este nuevo entorno, París y Fráncfort se están posicionando para recibir al máximo número de fintech. Hay rumores de que Francia está trabajando en un plan para atraer las fintech ubicadas en Inglaterra. Fráncfort se está posicionando como la capital financiera de Alemania y parte como la mejor colocada para atraer a los bancos de inversión que decidan abandonar total o parcialmente la City, y sucederá lo mismo con lasfintech«.

España trata de posicionarse como opción, aunque parte en desventaja. La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció el pasado viernes un grupo de trabajo para tratar de atraer a los bancos que previsiblemente busquen otra sede en Europa y lograr que la sede de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) se traslade a España.

Todavía queda camino por recorrer para que Reino Unido abandone totalmente la UE. En los hasta dos años que puede durar el proceso, las negociaciones marcarán el futuro del país y se verá hasta qué punto esto afecta a los principales negocios que se desarrollan en este mercado.