Por : Claudia Holtemann
En el último encuentro “Money 20/20 Europa” que se llevó a cabo en el mes de abril en la ciudad de Copenhaguen, la conclusión más clara fue que la mayor cantidad de emprendimientos de nuevas empresas fintech se está enfocando en los medios de pago, siendo este sector sin duda alguna la próxima “víctima” de la ola de disrupciones que la nueva tecnología está provocando en todas las industrias.
En el caso del sector de medios de pago la disrupción viene de la mano del dispositivo digital más importante que se ha creado en los últimos años: el smartphone.
Sin lugar a dudas podemos decir, que hasta ahora, la mayoría de las aplicaciones del smartphone a la industria de medios de pago se ha concentrado en desarrollar billeteras móviles que digitalizan la tarjeta plástica y la almacena en el teléfono o en un servicio cloud conectado con la aplicación. Sin embargo, éste es solo el principio, ya que el impacto a mediano y largo plazo va mas allá del uso del teléfono móvil como billetera electrónica, y afectará a una gran parte de los negocios de soporte de sector que podemos dividirlos en los clásicos negocio emisor y negocio adquirente.
Impacto en el rol emisor
El impacto en el rol emisor no es menor, la digitalización de la tarjeta plástica va, en el largo plazo, a disminuir la cantidad de “plásticos” en circulación con lo que la clásica área embozado verá disminuida su actividad en forma drástica, al igual que la emisión de pin mailer y card mailer.
Pero sin duda, la dirección va en el uso del teléfono móvil como sustituto directo de la tarjeta física en el largo plazo. En el corto plazo, dependiendo del grupo etario, habrá más o menos adopción. Sin embargo, en el largo plazo, el teléfono móvil reemplazará a la tarjeta fisica, tal vez no en su totalidad, pero sí en un gran porcentaje. La tarjeta pasará a ser un medio de contingencia que se utilizará cuando el teléfono no funcione, tal como ocurre con el efectivo hoy en día como medio alternativo al pago con tarjeta.
Impacto en el rol adquirente
El rol adquirentea tampoco está a salvo de la disrupción del teléfono móvil y a futuro podemos esperar que los pagos en el punto de venta se realicen con un teléfono móvil sobre una plataforma móvil sin contacto, es decir, solamente se direcciona el smartphone hacia el terminal y/o caja para efectuar el pago.
Por otra parte, hay que considerar que la única razón de que exista un terminal electrónico o POS entre el sistema de caja y el cliente es la existencia de una tarjeta no inteligente. Con la irrupción de los smartphones es distinto, el smartphone es inteligente y es el terminal POS en sí mismo, ya que cuenta con capacidad de conexión a internet, bluetooth y/o NFC para conectarse con el sistema de cajas, pudiendo reemplazar 100% la función del terminal electrónico.
Preparando el cambio
Una de las mayores preocupaciones de los ejecutivos de la industria de medios de pago en el mundo, donde ya se están realizando las primeras introducciones exitosas de pagos con smartphone, es cómo tratar de evitar la disrupción agresiva en sus negocios por parte de nuevos actores como Apple Pay, Google Wallet o Samsumg Pay.
Lo cierto, es que no hay modo de evitar la disrupción que tarde o temprano va a llegar a la industria, pero la mejor forma de protejerse y evitar la obsolescencia del negocio es usar una estrategia de “disrupt yourself” que permite la adopción de nuevas tecnologías y procesos en una ambiente de disrupción controlado, creando espacios para la innovación y colaboración con fintech dentro de la misma organización y/o a través de la industria.
En definitiva, adoptar la colaboración con startups como una parte más de estructura organizacional de la empresa, y la disrupción como un elemento más de la cultura y estrategia de negocio, de modo de sentar las bases de la agenda para la evolución a los medios de pago del futuro e identificar nuevas oportunidades de negocio.