Según el estudio The Millennials Disruption Index de Scratch , el 32% de los millennials del mundo nunca pisó una sucursal de banco. Además 27% preferiría no estar atado a ninguna institución bancaria. La Fintech –contracción de Finantial Technology– trabaja para que esto suceda. A nivel global hace tiempo que el tema está instalado a nivel empresarial. Por ejemplo, en México ya se creó la Asociación Mexicana de Fintech, que tiene más de 100 empresas asociadas aunque se estima que en el país operan unas 300 en rubros tan diversos como pagos, remesas, créditos, billeteras digitales, asesoramiento y seguros.

Cruzando la frontera, en Estados Unidos, la Fintech está establecida y cuenta como una de sus abanderadas a empresas como PayPal, que tiene ya 18 años en el mercado. Solo en EEUU el segmento fintech generó US$ 9.890 millones de inversión en 2014, según la consultora Accenture. Esa cifra es más que todo lo que los grandes bancos norteamericanos invirtieron en la reconversión digital de sus propios negocios.

La ley de inclusión financiera permitió que esta tendencia que se veía desdibujada en Uruguay se hiciera carne a través de startups que cada vez cobran más fuerza.
El asesor del Ministerio de Economía y Finanzas e impulsor de la Ley de Inclusión Financiera, Martín Vallcorba, asegura que dicha ley ha sido el gran motor que facilitó que emerjan nuevos actores que dinamizan el mercado e incorporan tecnologías. La relación del MEF con estas nuevas empresas es de ida y vuelta, ya que para el asesor las startups contribuyen con el cambio de hábito en los pagos y con la intención manifiesta de sacar el dinero de las calles.

«Los bancos aquí no han sido los actores más dinámicos y proactivos en este sentido», reconoce Vallcorba. En los hechos, las Fintech se cuelan por los puntos más débiles de la banca transformando filas y largos formularios para acceder a un préstamo en un trámite de algunos clicks.

Préstamos a escala

Sin burocracia, con mejores tasas y con mayor rentabilidad: así se presentan las nuevas empresas Fintech que ofrecen crédito «de persona a persona».
Prezzta opera en el sector financiero local desde julio de 2015. Su CEO, Mateo Infantozzi, apunta que el prestador es el que elige quien recibirá su dinero y que su firma funciona únicamente como un canal que conecta a las partes interesadas.
El promedio de los préstamos que se hacen a través de Prezzta ronda los $ 25 mil y por lo general su propósito es el consumo. Estos créditos son una de las preocupaciones más latentes para la banca tradicional que desarrolla su estrategia frente al nuevo escenario.

En el mundo los bancos han tomado dos caminos: desarrollar sus propias herramientas tecnológicas para competir contra las startups o trabajar en conjunto con las nuevas compañías e incluso absorberlas.

«No nos vemos como una amenaza sino como un complemento. Hemos tenido acercamientos con instituciones bancarias y no bancarias», afirma Infantozzi, de Prezzta. Aunque por el momento no ha recibido ofertas concretas de ningún banco local, indica que están trabajando «en esa línea».
Inversionate se diferencia por proponer un enfoque más social del préstamo. El CEO de la firma, Dani Vianna, entiende que a través de su plataforma se logra un mayor compromiso entre el que presta y la causa del solicitante.

«En noviembre, a través de la ORT le planteamos una unión al Banco Santander», comenta Vianna. Este acuerdo no se consolidó y el CEO de Inversionate reconoce que su modelo de negocios puede generarle problemas a los bancos. «Nuestro espíritu no es robarles mercado. Apuntamos a diferentes tipos de clientes; el banco no le da prestamos a cualquier persona», señala Vianna, que apuesta a colaborar con los bancos e incluso a compartir las carteras de clientes. Esta firma aún no opera y se encuentra en la etapa final de tramitación legal.

TuTasa también utiliza la modalidad de créditos de persona a persona. El CEO de la compañía, Marcelo Barreneche, indica que TuTasa se enfoca en aplicar tecnología para simplificar las finanzas personales, no en competir contra los bancos. «Los bancos tienen los recursos para asegurarse su cuota de mercado en las áreas de su interés», agrega y sostiene que la infraestructura necesaria para hacerse de una porción grande de mercado como para presentar una amenaza a los bancos no se logra con simples start-ups. «Llevará su proceso», añade.
Hoy en día TuTasa está recolectando el dinero de los inversores para comenzar a prestar en las próximas semanas.

El celular de billetera

El asesor del Ministerio de Economía y Financias, Martín Vallcorba, aclara que el concepto de billetera electrónica se utiliza muchas veces en forma imprecisa y para referir a cosas diferentes.
«Por ejemplo, Bits (herramienta de ANTEL) no es una billetera electrónica. Funciona como una carretera de pagos. Se asemeja más a un POS que a una billetera electrónica», asegura Vallcorba.
Para el impulsor de la Ley de Inclusión Financiera, la diferencia radica en que la billetera electrónica es un dispositivo en el cual se puede almacenar dinero.

«Cuando voy al comercio y pago con la billetera electrónica no estoy usando eso como un canal para vincular otro medio de pago sino que estoy pagando directamente con los fondos que tengo almacenados ahí. Es el símil de una tarjeta prepaga pero con las transformaciones propias del avance tecnológico», explica Vallcorba.

Tanto Bits como Paganza funcionan como un nexo entre una institución financiera y lo que se quiere pagar.

Qoollet, en cambio, sí funciona como una billetera electrónica, ya que permite almacenar el dinero en el celular e incluso ofrece la posibilidad de que se puedan transferir fondos de un dispositivo a otro.
Esta aplicación fue la primera en su tipo en ser aprobada por el Banco Central como emisora de dinero electrónico a comienzos de mayo e iniciará sus operaciones en unos dos meses.
La relación de Qoollet con los bancos es estrecha. En primer lugar los bancos que quieran trabajar con Qoollet deberán presentarse ante el BCE como custodios del dinero de esta startup, ya que la firma maneja fondos de terceros que tienen que residir en un banco.

«Qoollet es el canal de salida del dinero; el de entrada puede ser un banco u otro usuario Qoollet, que puede estar bancarizado o no», apunta el co-fundador de la empresa, Andrés Levin.
Los fundadores de esta aplicación se encuentra en etapa de negociación con los comercios y también con los bancos. Fue la ganadora del certamen Digital Bank Latam que se llevó a cabo a fines de abril en Uruguay.

Bancos que conocen de startupsDigital Bank es una especie de maestro de ceremonias que pretende presentar a los bancos de cada país de Latinoamérica con las nuevas empresas Fintech que surgen en el continente.
«En el evento que hicimos en Uruguay estaban presentes todas las instituciones bancarias. Esa es una señal de que se toman en serio la Fintech», detalla Patricio Silva, CEO de Digital Bank.
Esta plataforma de innovación tiene como propósito estrechar los lazos entre las startups y los bancos y darle la oportunidad de que puedan sellar alianzas o adquisiciones.

«No existen barreras de entrada. Se pueden hacer las presentaciones de forma remota. Colombia, Chile y Uruguay tienen una muy buena posición en Fintech en Latinoamérica», comenta Silva, que tiene unas 65 empresas trabajando de la mano de Digital Bank en la región.
Digital Bank, junto con la empresa Soho de Chile, están implementando para este año una aceleradora de Fintech en Uruguay que permitirá a los emprendedores acercarse para recibir asesoramiento e impulso a la hora de ingresar al sector financiero. Esto mismo lo replican en otros países como Colombia, Chile o Perú. La apuesta es que las startups se desempeñen no solo en su país de origen sino también en la región.

¿Oportunidad o amenaza?

En el mundo es un hecho que los bancos ven a las Fintech como una oportunidad. Las entidades bancarias aprenden del dinamismo de estas startups y desarrollan productos propios o se alían con ellas para ofrecerle más opciones a sus clientes.
BBVA, por ejemplo, implementó su propia incubadora interna con desarrollos propios o en conjunto con socios estratégicos. Según el director de Desarrollo de Negocio y Transformación Digital de BBVA Uruguay, Juan Carlos Alonso, las Fintech obligan a la banca a pensar en la realidad concreta del cliente.

El banco también invierte en startups y pone a disposición una Plataforma Abierta para que los interesados en Fintech desarrollen sus emprendimientos respaldados por el banco.
«Si un cliente utiliza mi homebanking tiene que poder hacer todo tan fácil como desde cualquier otra aplicación. Yo tengo más información que estas empresas y estamos trabajando en hacer todos estos productos más fáciles y ágiles», enfatiza Alonso y no descarta en el futuro establecer acuerdos con empresas locales.

Por su parte, el director de Tecnología y Operaciones de Santander Uruguay, Eduardo Lagos, señala que las nuevas tecnologías aplicadas al sector financiero pueden ser una ayuda para avanzar en el camino de la inclusión financiera.

«La apertura a las innovaciones y nuevas tecnologías que colaboren con el usuario es clave para adaptarnos e imprescindible para liderar», apunta Lagos. Detalla que la clave está en reinventarse.
En el mismo sentido, a nivel internacional, Scotiabank invirtió en su «Fábrica Digital» orientada a desarrollar instrumentos propios de Fintech que potencialmente estarán en América Latina.

En tanto, el gerente de proyectos de Itaú, Pedro Moreira, reconoce que las Fintech son todo un desafío para la banca por su modelo de negocios con foco en eficiencia y simplicidad. «Estamos abiertos a evaluar e implementar nuevas tecnologías que nos permitan ofrecer mejores servicios», afirma Moreira, y vaticina que a largo plazo naturalmente comenzarán a unirse las empresas de Fintech con los actores de la banca tradicional. l

El BROU apuesta a su canal digital

«Nuestro trabajo diario consiste en llevar todo el banco a la web», sostiene el gerente de Canales Digitales del Banco República, Alejandro Álvarez. Para él, el crecimiento de las billeteras electrónicas en este último año se ha visto incrementado por «nuevas conversiones», es decir por aquellos clientes que adoptan los canales digitales. Cabe destacar que desde 2012 el BROU incorporó a su plataforma E-brou, la herramienta Bits de ANTEL.