Fuente: Diario Financiero
Siempre que se dice que un banco «suma un nuevo servicio a sus clientes», frase que no pasa de parecer una estrategia de marketing. Pero en el caso de la biometría (que en simple es la medición y análisis de características morfológicas), la realidad está muy lejos de ser así.
Después de todo, que una persona, en plena zona de conflicto en Siria, pueda recibir dinero desde el exterior autentificándose sólo con una selfie, es un factor que puede cambiarle la vida. Lo mismo para quienes viven en zonas remotas o alejadas de los centros urbanos, que concentran la oferta de servicios, como por ejemplo, sucursales y cajeros automáticos.
Es que hoy día, en gran parte del mundo gracias a esta innovación las personas pueden cerrar una compra con huellas dactilares, reconocimiento de voz, del iris ocular, e incluso escaneo de venas.
Y tal es la penetración que está teniendo, que se estima que el valor de este mercado, en el sector financiero podría llegar a US$ 8 millones en 2020, según destacó BBVA Research en un informe.
Un análisis de Goode IntelIigence, en tanto, proyecta que para ese mismo año, existirán 622 millones de aplicaciones bancarias móviles ofreciendo autentificación biométrica, y se realizarán más de 226 mil millones de transacciones de pago, protegidas con dicha tecnología.
Lo anterior no sólo implica una mayor tecnología en la industria bancaria, sino también una disminución importante de lo físico, como las tarjetas. Y hacia allá se dirige la banca local. Así lo acreditan varios actores de la industria e incluso la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF). «La banca, en general, está avanzando en estos temas. En esto, los acontecimientos vienen a tal velocidad que los bancos están haciendo esfuerzos muy grandes en ir hacia ellos y lo vemos», comentó el presidente del gremio, Segismundo SchuIin-Zeuthen .
Beneficios
La biometría actual contempla identificar a las personas (a través de estudios matemáticos) por sus características físicas únicas, como la huella dactilar, patrones faciales, iris, voz, entre otros. Así explica Ricardo Navarro, CEO de TOC, destacando que ésta se viene usando en Chile hace unos seis años para verificar identidad, y hace dos años para firma electrónica con huella dactilar en trámites como solicitudes de crédito y contratos.
En la banca local, no obstante, es una tendencia que recién está empezando a utilizarse, dice Alejandro Alarcón, ex gerente general de la ABIF, pese a los grandes beneficios que tiene para dos componentes básicos de las transacciones electrónicas: la seguridad y la eficiencia. Y es que todos los bancos han ido trabajando en lo que es una primera etapa, sostiene Rodrigo Solis, CEO de lonix. Esto es, en la autentificación de la huella digital en las sucursales. Lo que hace falta es hacerlo a través de los celulares, pero para eso hay que esperar un poco, asegura.
¿Cuándo será realidad?
Pese a que ésta es una tecnología que los bancos locales aún no han utilizado en todo su potencial, según las fuentes consultadas, con certeza se masificará en los próximos años.
Misma opinión que entrega el vicepresidente ejecutivo de Digital Smart Consulting, Hernán Saavedra.
«Las barreras para el uso intensivo de la biometría en el sistema financiero están desapareciendo, y en los próximos años veremos a las entidades financieras optando por sistemas de autenticación basados en biometría y geolocalización, lo que significará un salto cuántico en materia de seguridad», manifiesta.
Y en el mercado hay consenso al respecto. Ésta es una solución de corto plazo, dice Ramón Heredia, director ejecutivo de Digital Bank, por lo que en dos años se podrían ver distintas formas de biometría en la banca local, las que incluso pueden ser complementarias.
Diágnostico regional
De todas formas, hay una brecha bastante amplia respecto de cómo la banca está llevando a cabo el tema digital, dice Steve Berez, socio de Bain & Company Estados Unidos.
El experto señala que «algunos están muy avanzados, con clientes que están habilitados para tratar con el banco cuando quieran, como quieran, por los diferentes canales (…) pudiendo hacer prácticamente todo a través del teléfono».
Y si bien hay restricciones regulatorias que dependen de cada país, añade, «en la mayoría permiten hacer todo digitalmente».
No obstante, recalca, hay bancos que siguen al debe en el desarrollo del área digital.