Fuente: www.teknlife.com/
Una de las principales trabas a la expansión de las fintech es la existencia de normativas y regulaciones diferentes en las distintas áreas económicas mundiales. Incluso dentro de la zona euro o de EEUU, que tienen una moneda y un marco regulatorio comunes hay diferencias notables entre los estados. Esto complica la labor de las empresas que ofrecen servicios fintech, que deben asegurarse de cumplir con todos los requisitos en cada país en el que quieren tener presencia.
En algunas ocasiones, los procesos no son todo lo rápidos que sería deseable, y es en ese marco en el que surge un nuevo concepto, el de regtech, que aborda todo lo relacionado con la tecnología aplicada a los servicios financieros que precisan de regulación. En este campo se pueden incluir tanto aquellos servicios que deben operar con valores como los que trabajan con los datos de los usuarios, incluyendo aquellos datos biométricos que podrían utilizarse para prestar servicios a los usuarios.
La consultora Deloitte, que ha calificado los servicios regtech como “la nueva fintech”, considera que estos servicios son fundamentales a la hora de ofrecer innovación al sector financiero. Mediante servicios que automaticen el cumplimiento de las diferentes normativas de forma transparente, un proveedor de servicios puede centrarse en el desarrollo de su aplicación sin que la expansión internacional ocupe gran parte de sus esfuerzos. Por ejemplo, una startup especializada en el control de riesgos de crédito puede utilizar un servicio que actúe como filtro y permita acceder y utilizar la información de los usuarios en base a lo que permite la legislación de sus países de origen. Para el proveedor del servicio, la única diferencia será la calidad y precisión de las predicciones: a mayor laxitud con los datos de usuarios, mejores previsiones podrá dar. Sin embargo, la base de software empleada para ello sería la misma en todos los casos, lo que simplificaría que el servicio opere en múltiples países sin necesidad de adaptarse a cada uno de ellos.
En la actualidad, hay compañías fintech especializadas en análisis de riesgos, en prevención de fraudes e incluso en verificación de direcciones de email que garantizan que no se envía información confidencial a una dirección equivocada por error. En un mercado tan complejo y del que dependen todas las economías mundiales, estos servicios no sólo ayudan a las fintech a establecerse en otros países, también reducen el riesgo de que algo salga mal y, por tanto, ofrecen mayores garantías a sus potenciales clientes locales. Sin duda, escucharemos hablar mucho de las compañías regtech en los próximos años.