Brett King
CEO de Moven
El 60% de la población no tiene una cuenta bancaria. Desde esta orilla del mundo, en la que si no tienes un número de cuenta no puedes cobrar un sueldo, alquilar una casa o pagar el comedor del colegio de los niños, el dato suena bizarro. Pero esta evidencia debería ser suficiente para que un sector tan tradicional como el bancario, muy poco permeable a cualquier cambio, se planteara la necesidad de actualizar sus planteamientos. Más aún si, como afirma Brett King, el 80% de los millennials (los nacidos entre 1980 y 2000, la primera generación nativa digital) no pisarán jamás una oficina bancaria. Toda su relación con los bancos se realizará a través del teléfono móvil.
Las aportaciones de Brett King a la hora de interpretar cómo cambiarán las finanzas a través de la tecnología le han situado como uno de los máximos expertos en el tema del mundo. Autor de varios bestsellers sobre el tema, en su libro “Bank 3.0: Why Banking Is No Longer Somewhere You Go But Something You Do”, King ofrece soluciones para los problemas bancarios del día a día, lo que le llevó a ser considerado en 2012 innovador tecnológico del año por la prestigiosa publicación “American Banker” (toda una institución para los banqueros de Estados Unidos desde mediados del siglo XIX).
Muchas de las soluciones que Brett King expone en su libro están implementadas en Moven, una aplicación móvil inventada por él mismo. En la génesis de la idea estaba una pregunta: “¿Cómo sería una cuenta bancaria en el 2020?”; y la respuesta ha sido un éxito: una cuenta bancaria que puede contratarse a través de un smartphone, muy segura gracias a los sistemas sociales a los que recurre, que permite pagar con el teléfono como si fuera una tarjeta de crédito y que, además de no requerir jamás la presencia física del cliente en una oficina, ayuda al usuario a ahorrar dinero y gestionar sus finanzas personales convirtiendo los hábitos de consumo en un juego.
Esta evidencia de que el sector debe modernizarse y cambiar lleva a Brett King a afirmar que “No necesitamos más banqueros. Tenemos suficientes. Necesitamos tecnólogos, científicos de la información, diseñadores creativos, psicólogos del comportamiento, programadores…”. Una transformación radical de la banca, imprescindible para afrontar las necesidades de sus futuros clientes.