Fuente: elconfidencial.com

Por si no le bastara con la regulación y con los tipos de interés al 0%, la banca se enfrenta a una nueva amenaza: la de las plataformas de servicios financieros digitales.

Por si no bastara con la presión regulatoria y los tipos de interés en mínimos históricos, los bancos miran con preocupación la creciente competencia que supone la proliferación de iniciativas tecnológicas de servicios financieros, conocidas como ‘fintech’, porque temen una fuga de clientes hacia estas plataformas. Y están respondiendo con una oleada de aplicaciones con las que plantar cara a esta avalancha que amenaza con arrebatarles no sólo a los clientes más jóvenes (‘millenials’), sino también a los que están descontentos con las entidades tradicionales.

Los últimos movimientos del sector se produjeron este martes. Bankia lanzó la aplicación Bankia Wallet para facilitar el pago por móvil y otros servicios como comprar por internet y controlar el saldo o los movimientos con las tarjetas, mientras que Ibercaja también presentó su propia aplicación, Ibercaja Pay, para realizar transferencias entre teléfonos móviles. Y la semana pasada fue BMN quien puso en marcha BMNpay, una plataforma de pagos entre particulares también a través del móvil.

Estas iniciativas prolongan una tendencia que se está acelerando en los últimos meses. En enero, CaixaBank presentó su aplicación de banca para móvil ImaginBank. Un mes antes, ING lanzó Twyp, su aplicación de pagos entre particulares. Y en mayo de 2015, BBVA modificó su estructura organizativa con la pretensión de acelerar su transformación digital.

La venganza de los ‘ex’… y de los clientes

Sin embargo, lejos de encuadrar estos movimientos en una estrategia vanguardista, desde el sector financiero se matiza que la banca tradicional los está protagonizando como una estrategia defensiva. «Las ‘fintech’ estaban ahí, pero en España no se las veía como competidores. Esta sensación ya está cambiando», apunta Rodrigo García de la Cruz, director del prrograma directivo de Innovación y Tecnología Financiera del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).

«Las ‘fintech’ estaban ahí, pero no se las veía como competidores. Esta sensación ya está cambiando»

En la actualidad, ya existen 90 ‘fintech’ en España, que ofrecen servicios vinculados a la gestión de las finanzas personales, la inversión en empresas, la realización de pagos y préstamos o la negociación y el intercambio de divisas. Y directamente se ha producido ya el primer desembarco de un banco digital,Number26, que en diciembre anunció su ampliación a varios países europeos entre los que figura España. Otra muestra del avance de este sector se observa en la reciente creación de la Asociación Española de Fintech e Insurtech.

Esta proliferación manifiesta los tres elementos principales que están provocando la reacción de las entidades tradicionales. El primero, que muchas de estas iniciativas las están creando antiguos empleados del sector que, una vez fuera, se dedican a diseñar servicios financieros a partir de su experiencia en el negocio, diseñados a la medida de los clientes y con menores costes para los usuarios.

En cuanto al segundo, alude directamente a los clientes. Si el número de iniciativas ‘fintech’ está aumentando se debe, precisamente, a la creciente demanda por parte de los usuarios. «En la banca está pasando lo mismo que ya hemos vistos en otros sectores, como la telefonía móvil. La insatisfacción de los clientes ha sido la oportunidad para la llegada de nuevos competidores», reconocen desde el sector financiero.

La clave de este proceso reside en la capacidad de transformarse, un desafío que pondrá a prueba la resistencia al cambio de las entidades tradicionales

El tercero reside en la financiación. Cada vez hay más inversores dispuestos a financiar estas nuevas iniciativas, de ahí su mayor número y la mayor amenaza que supone para la banca. Un dato que ilustra la oleada que puede estar llegando a España: en 2014, y según Accenture, las ‘fintech’ consiguieron casi 9.000 millones de euros de financiación en EEUU, un volumen que superó el dinero que el sector dedicó a su transformación digital. Y otro dato más: en febrero, BBVA amplió hasta los 220 millones de euros los recursos que destinará a invertir en las nuevas iniciativas tecnológicas financieras.

Una gran ventaja: los datos

Con todo, la banca tradicional cuenta con una ventaja fundamental: los datos de los clientes. El sector cuenta con una información abundante y concretasobre las nóminas, los recibos, los gastos o los movimientos de las tarjetas de sus clientes, una realidad que le otorga una importante ventaja. Las dudas, sin embargo, radican en si sabrá aprovecharla, ya que desde el sector se asume que la auténtica clave de este proceso reside en la capacidad de transformarse, un desafío que pondrá a prueba la resistencia al cambio de las entidades tradicionales.

«El proceso, desde luego, es imparable«, asegura Rodrigo García de la Cruz. «Posiblemente, las ‘fintech’ servirán como palanca de transformación del sector financiero, en un proceso que desencadenará en un sólo sector, con integración entre las ‘fintech’ y las entidades, dedicado a la provisión de servicios financieros», añade.