Fuente: Diario financiero de Chile
En la industria explican que no está definida la carretera que se debe utilizar, si la del débito o la del crédito.
La llegada de las tarjetas de prepago bancarias a Chile era vista como un hecho que se iba a concretar en los primeros meses de este año. Esto porque la aprobación de la Ley de Prepagos, el 9 de diciembre de 2014, junto a los avanzados planes que tenían las entidades bancarias para ingresar a este negocio, hacían posible la inclusión financiera de, al menos, tres millones de personas que actualmente no tienen acceso al sistema formal.
Pero todos los planes quedaron en compás de espera. La razón: una imprecisión que contiene el reglamento del Banco Central (BC), respecto de qué carretera o ruta utilizar para procesas la información de estos plásticos.
Lo que ocurre, dicen en la industria, es que el Capítulo III.J.3 del Compendio de Normas Financieras, relativo a la emisión y operación de las Tarjetas de Pago con Provisión de Fondos (TPPF), no es explícito en cuanto al tipo de infraestructura de afiliación que debiera soportar la aceptación de dicho producto. Es decir, “falta una interpretación al respecto que autorice la utilización de la carretera de débito”.
En efecto, el BC establece que los emisores y operadores “podrán utilizar la infraestructura de afiliación y operación de que dispongan, correspondiente a la aceptación y utilización de otros medios de pago regulados por el Banco en los Capítulos III.J.1 y III.J.2 de este Compendio, de conformidad con los términos y condiciones pertinentes acordados o que se acuerden entre el Emisor o el Operador respectivo y los comercios o servicios afiliados, incluyendo el uso de las Tarjetas en la red de establecimientos afiliados que las acepten como instrumentos de pago”.
Dicho texto, señalan en Paytech Holding –empresa experta en tecnología de medios de pagos que está lista para emitir las primeras tarjetas prepago en Chile-, “ha sido interpretado, por algunos actores económicos responsables de este nuevo medio de pago, como un impedimento al inicio de la operación, puesto que no habilitaría a los actuales comercios nacionales a operar con este nuevo modelo de tarjeta con el sistema POS existente”.
Esto adquiere especial relevancia, destacan en el mercado, en el marco de la tramitación del proyecto de ley que permitirá a las entidades no bancarias emitir dichos plásticos, pues hasta el momento, la iniciativa tiene la misma traba que en este caso.
Las opciones
Una posibilidad, que es la más esperada por las entidades bancarias, es que “el gobierno elija la ruta”. Así lo explica el presidente de Paytech Holding, Paulo Paulek, dado que actualmente existen dos carreteras: la del débito y la del crédito.
En esa línea, destaca que “los bancos ya se están preparando para esto, aguardando a que el gobierno arregle este reglamento olvidado, y que se permita que estas tarjetas se emitan y se puedan operar en Chile”, lo que generaría un negocio de US$ 4,1 billones para los primeros cinco años.
Es por esa razón, que tanto Paytech como otros actores del mercado, han realizado diversas gestiones con personeros del gobierno, para solucionar el problema.
De esa forma, los bancos tendrán que enrolarse, nuevamente, en la red de pago electrónico, precisan en Paytech, “lo cual tomaría años en realizarse e implicaría un altísimo costo económico”.
De todas formas, desde el BC señalan que el numeral I.4 del Capítulo III.J.3 del Compendio de Normas Financieras “es claro en cuanto a la posibilidad de que las empresas operadoras puedan utilizar indistintamente la infraestructura disponible de comercios adheridos a débito y/o crédito, según corresponda”.
Esto es aún más claro, enfatizan en el BC, “luego de su última modificación a fines del año 2014”.
Tarjetas en el exterior
En el extranjero la historia es diferente. De hecho, cuatro entidades bancarias están por lanzar este producto en el país para ser utilizado en el extranjero, ya que la carretera está definida por las marcas como VISA, Mastercard y American Express.
¿QUÉ ES UNA TARJETA DE PREPAGO?
Las tarjetas de prepago son un medio de pago electrónico que, a diferencia de los plásticos de débito o crédito, no requiere de una cuenta bancaria para funcionar. El usuario puede adquirirlas en los puntos de distribución y recargas, como por ejemplo, de farmacias, cajas de supermercado, boleterías de metro, entre otros.
¿Cuál es su ventaja? La persona puede comprar en todo el comercio que acepte el pago electrónico, en el extranjero, en internet y pagar cuentas en línea.
Asimismo, tiene la opción de girar en cualquier cajero automático.
Por otro lado, es un producto útil para las empresas, ya que éstas pueden pagar los sueldos entregar bonos, viáticos, seguros y otros, a través de este medio.
En esta tarjeta el saldo es pagado previo a la transacción, mientras que en la de débito esto ocurre en el momento, y en el crédito, después.