Por:
Prathap Dendi, Director General de Tecnologías Emergentes de AppDynamics.
1) En 2016, las máquinas nos harán más humanos y más sociales. Errar es de humanos – sólo las máquinas son perfectas. Soy un firme creyente de que la próxima revolución industrial será la de las máquinas conectadas. Estas máquinas, que pueden ser dispositivos personales para vestir, autos inteligentes que se manejan por sí mismos o tecnología de infraestructura de gran escala, trabajarán conjuntamente para hacer a nuestra sociedad más segura, más saludable y más social. Tomemos como ejemplo a los autos que se conducirán por sí mismos. Estos automóviles autónomos garantizan la seguridad al proteger también a todos los autos que están a su alrededor. Tocar la bocina de manera descortés pronto será un hábito olvidado de nuestros ancestros. Existe un número cada vez mayor de herramientas que ayudan a automatizar las interacciones humanas ‘sociales’, como son las aplicaciones que automatizan sus publicaciones en los medios sociales (lea: Facebook Parse SDK para IoT). También hay herramientas que hacen que las máquinas compartan información de manera interactiva como lo harían los humanos, como es el caso de los edificios inteligentes que cuentan con sensores que le pueden decir cuánta energía ‘ellos’ han ahorrado. Pero ese tipo de automatización – sólo porque las máquinas la están facilitando – no nos hace menos humanos. De hecho, literalmente nos están conectando con un grupo mucho más amplio de la humanidad. Las máquinas pueden recolectar una increíble cantidad de información que, cuando se analiza y se interpreta correctamente, nos dice más de lo que hemos sabido sobre lo que motiva a los humanos a moverse y moverse mejor.
2) El hardware se está comiendo al software: Todos los procesos de negocio serán tocados por uno o más dispositivos del IoT para finales del próximo año. Actualmente, Gartner estima que el Internet de las Cosas (IoT) toca a 5 mil millones de dispositivos, y se prevé que este número aumente a 25 mil millones para el año 2020. Esto no genera problemas de escala, sino también mayores demandas de la infraestructura y las aplicaciones. Todos los procesos de negocio que se manejan mediante el software o en los que éste tiene impacto, que son la gran mayoría, serán trastocados por un dispositivo de IoT – como sensores inteligentes, impulsores, tecnología equipada con NFC y mucho más. Por ejemplo, las compañías aseguradoras dependerán cada vez más del software para realizar diagnósticos a bordo, los vehículos serán cada vez más autónomos para alertar a los conductores de que es necesario darles mantenimiento de acuerdo con las condiciones, y las fábricas podrán optimizar sus operaciones gracias a los sensores integrados en su equipo. Estos son sólo algunos de muchos ejemplos.
3) Los países en desarrollo superarán a los países avanzados en la adopción del IoT. Los países industrializados ya tienen una infraestructura física bastante bien establecida (como carreteras y transporte) que dificultan mucho la transición a una tecnología totalmente nueva. Es por esto que creo que los países en desarrollo que han estado añadiendo nueva infraestructura de forma constante – como Brasil, India y China – superarán a los países avanzados en términos de la adopción del IoT. Para los países en desarrollo es mucho más sencillo instalar nuevos sensores y dispositivos conectados donde aún no existen edificios comerciales. China y otros países en desarrollo tienen la gran oportunidad de implementar procesos de IoT ya que pueden partir de cero, contrario a tener que construir sobre una infraestructura legada o tener que modificarla. Dicho de otro modo, el IoT es un detonador del crecimiento de las economías – mientras que es algo que ‘es bueno tener’ en los países tecnológicamente más avanzados como Estados Unidos.
4) Privacidad de los Datos: 2016 es el punto de inflexión para el ‘dilema moral de la codificación’. Este año hemos visto brechas de datos espectaculares en todos los sectores. Creo que 2016 hará palidecer a 2015. No estoy muy a favor de infundir temor y gritar que ‘el cielo se está cayendo’, pero la gran enormidad de datos que el IoT reúne realmente hace que me pregunte si comprendemos las implicaciones de la privacidad de los datos. Son cada vez más los dispositivos que se conectan a Internet diariamente, borrando los límites entre el software y el hardware. A medida que la fabricación de hardware del IoT siga aumentando, millones de desarrollos de software deben garantizar que la seguridad ocupe un lugar preponderante en su proceso de desarrollo al tiempo de responder rápidamente a las demandas de los usuarios. Y ya que las caídas del servicio no son una opción para los dispositivos del IoT, sean de consumo o industriales, acelerar la entrega de software es vital para el éxito de la innovación del IoT. Sin embargo, estas demandas presentan lo que creo es un ‘dilema moral de codificación’ en constante crecimiento que alcanzará su punto de inflexión en 2016. Nos estamos acercando al punto crucial en el que a los gobiernos y las empresas – y a los desarrolladores – se les obligará a hacer algo al respecto. Al igual que los médicos que hacen su Juramento Hipocrático de no dañara a sus pacientes, ¿no deberían los desarrolladores tener la responsabilidad de escribir código que no dañe a los usuarios? Tenemos un problema de desarrolladores, y necesitamos trabajar juntos lo más pronto posible (entre más pronto mejor) para crear los estándares y el código moral que alivie estas preocupaciones por la seguridad de los datos que van en aumento cada día.